;


'
RESUMEN



La JCE RD cumplió con exitoso montaje de elecciones municipales, presidenciales y congresuales 2024; consolida confianza de votantes y sociedad por transparencia en proceso; partidos fallaron en convocatoria En mansión - museo del Alto Manhattan, el fantasma de la hija asesina de una prostituta atrae a cientos de turistas

En mansión - museo del Alto Manhattan, el fantasma de la hija asesina de una prostituta atrae a cientos de turistas







NUEVA YORK._ El fantasma de Eliza Bowen Jumel, la hija asesina de una prostituta  que según la leyenda, mató a su esposo Stephen Jumel, un comerciante sureño de Francia, para quedarse con la fortuna y la mansión construida en 1765 y situada en la conocida calle Jumel Terrace, en el área de las calles 160 y 162 en el Alto Manhattan, está atrayendo a cientos de turistas, que buscan conectarse con lo paranormal y conocer la vivienda que también sirvió de hogar al general George Washington, héroe de la independencia y primer presidente de los Estados Unidos. 


NUEVA YORK._ Cientos de turistas supersticiosos que visitan diariamente la mansión – museo Jumel en el Alto Manhattan, afirma que el espíritu de Eliza, ronda la casa, 150 años después de su muerte. (Fotos  fuente externa).



El director de programa de eventos, Vincent Carbonne, explicó que la principal atracción de la mansión – museo es la escabrosa historia de Eliza, quien según los historiadores locales, se casó con Stephen Jumel, después que él compró la propiedad con todas sus extensiones en 1810 y la convirtió en una extensa y productiva finca. 

Los ávidos y supersticiosos visitantes esperan ver, más de 150 años después de su muerte a la hija asesina de una prostituta. 

Los pasos fantasmales de Eliza se escuchan con frecuencia, al igual que sus susurros y a medida que su espíritu se mueve por su casa, según relatan muchos visitantes. 

La mansión, fue originalmente, fue construida por el coronel Roger Morris para su esposa, Mary Philipse, y copaba 135 acres de tierra, que se extendían entre los ríos Hudson y Harlem, entre son ahora las calle 140 y la 180. 

El general bautizó la finca como Mount Morris (Monte Morris), para hacer honor a su apellido y uno de los puntos más altos de Manhattan, que ofrecía vistas claras de Nueva Jersey, Connecticut y todo el puerto de Nueva York. 

Además de servir como un espacio de verano, Mount Morris también era una granja en funcionamiento con árboles frutales, vacas, ovejas y una variedad de cultivos. 

En el otoño de 1776, el general Washington y sus oficiales patriotas se mudaron e hicieron de la casa la sede del 14 de septiembre al 21 de octubre. Las magníficas vistas desde el Monte Morris hicieron que la ubicación fuera ideal para observar los movimientos de tropas y el general aprovechó esa ventaja para planificar la primera victoria exitosa de su ejército, conocida como “La Batalla de Harlem Heights”. 

Después de la guerra, el estado de Nueva York confiscó el patrimonio bajo las leyes de decomiso y lo vendió para cubrir deudas de guerra. 

Por un tiempo, sirvió como taberna. Sin embargo, después de algunos años, la taberna no tuvo éxito y la casa fue abandonada una vez más. 

El 10 de julio de 1790, ya siendo presidente, Washington celebró su primera cena de gabinete en la mansión. 

En 1810, Eliza y Stephen compraron Mount Morris, todas las tierras de cultivo, y comenzaron una serie de modificaciones en la casa. Stephen conoció y se casó con Eliza en Nueva York. 

Ella creció en una familia pobre de Rhode Island, una lectora voraz y autodidacta, se convirtió en una empresaria astuta mucho antes de que la mayoría de las mujeres trabajaran fuera del hogar, y dirigieran negocios. 

En un momento en que el negocio de Stephen se estaba hundiendo, Eliza se dedicó al comercio inmobiliario, comprando y vendiendo terrenos y alquilando propiedades en el centro. 

Su éxito generó grandes ganancias para su esposo y para ella, convirtiéndola en una de las mujeres más ricas de Nueva York, después de la muerte de Stephen. 

En la década de 1880, la mayor parte de la tierra de Jumel se había vendido a medida que la ciudad se expandía y las casas de moda se alzaban inmediatamente alrededor de la mansión. 

La ciudad de Nueva York compró la casa y las dos acres que tiene para crear el parque Roger Morris. 

La mansión fue convertida en un museo histórico. A mediados del siglo XX, el vecindario se convirtió en un hogar vibrante para muchos artistas y celebridades, incluidos Paul Robeson, Jackie Robinson, Thurgood Marshall y el Duke de Ellington. 

Actualmente, la mansión Jumel es la casa más antigua de Manhattan y, como museo, destaca el arte, la arquitectura y la vida de la pareja de Eliza y Stephen. 

Tiene 250 años de existencia y es también espacio de exposiciones para reconocidos artistas locales e internacionales. 




EL FANTASMA DE LA HIJA ASESINA DE UNA PROSTITUTA 
Por las noches, un grupo de espiritistas y evocadores de la compañía de teatro Fireside Mystery Theater presenta un drama de audio original en vivo. 

Llaman a los espíritus de dos imponentes figuras femeninas del viejo Nueva York, Eliza Jumel y su mejor amiga, Nellie Bly, para una noche de emocionante ficción histórica. 

Varios niños que jugaban haciendo ruidos en las inmediaciones de la mansión, sostienen que visitaban el edificio cuando fueron callados una vez por una misteriosa mujer que estaba parada en un balcón. 

Afirman que volvieron a ver a la mujer, en un retrato enmarcado colgado en las paredes de la mansión – museo. 

Muchos creen que ella mintió y embaucó a su primer esposo para que se casara con ella, y misteriosamente él cayó de un carruaje en una horquilla, muriendo allí, aunque su muerte siempre se le ha achacado a Eliza. 

Luego de la muerte de Jumel, se casó con el ex vicepresidente de Estados Unidos, Aaron Burr, famoso por haber liquidado a Alexander Hamilton en un duelo. 

Ella se estaba divorciando de Burr cuando él también murió. 

Jumel continuó viviendo en su mansión hasta que murió a los 90 años de edad en 1865.




Publicar un comentario

0 Comentarios







 La Plaza Duarte en el Alto Manhattan sigue siendo refugio de adictos, indigentes y desaprensivos



 

NUEVA YORK._ La plazoleta Duarte Square situada en el centro de las avenidas Broadway y Saint Nicholas y la calle 170  en el Alto Manhattan sigue siendo refugio de adictos, indigentes y desaprensivos sin que las autoridades ni los oficiales electos dominicanos hagan nada para controlar el espacio que rinde tributo a Juan Pablo Duarte y Diez, fundador de la República Dominicana. (Fotos Miguel Cruz Tejada)