;


'
RESUMEN



La JCE RD cumplió con exitoso montaje de elecciones municipales, presidenciales y congresuales 2024; consolida confianza de votantes y sociedad por transparencia en proceso; partidos fallaron en convocatoria Investigan muerte de matriarca dominicana arrollada por autobús de la MTA; familia reclama justicia


Investigan muerte de matriarca dominicana arrollada por autobús de la MTA; familia reclama justicia





NUEVA YORK._ La policía investiga la muerte de la matriarca dominicana Ana Colón de 73 años de edad, madre de siete hijos, abuela de 13 nietos y un biznieto, quien fue virtualmente aplastada por el conductor de una guagua de la Autoridad Metropolitana de Tránsito (MTA), en una intersección del Bajo Manhattan, el martes de esta semana.

NUEVA YORK._ La policía investiga la muerte de la matriarca dominicana Ana Colón, nativa de Santiago de los Caballeros, que murió el martes virtualmente aplastada por una guagua del transporte público. A la derecha, con parte de sus hijos y nietos durante una celebración de cumpleaños. (Fotos vía facebook)

Los hijos, nietos y otros parientes de la occisa, que era nativa de Santiago de los Caballeros, están reclamando justicia de las autoridades, debido a que testigos dicen que creen que el chofer estaba descuidado y no vio cuando la dominicana cruzaba la avenida D y la calle Houston en el vecindario Loisada, colindante con el Puente Brooklyn.
Ella se dirigía a su trabajo a sustituir una cuidadora del hogar (Home Attendant), ya que laboraba en ese servicio, cuidando a otras personas envejecientes.

Una de sus hijas, Marisol Colón, no podía controlar el llanto al hablar sobre lo mucho que amaba a su madre, mientras Carlos Colón, otro de sus hijos, también llorando la describió como la mejor madre del mundo.

Yahaira Jiménez Colón, una nieta de la muerta, mostrando una cadena que la abuela le había regalado, dijo que llevará la prenda toda su vida y que nunca olvidará el amor filial que siempre le tributó la señora Colón.

Los investigadores dijeron que Colón, m fue declarada muerta en la escena a las 9:45 de la mañana, hora en que fue atropellada por el autobús.

Una versión sostiene que el conductor pudo haber estado distraído en el momento de atropellar a la anciana, que emigró hace décadas a los Estados Unidos.

Quedó aplastada debajo de las ruedas traseras y testigos calificaron como “horrible” su muerte.

La guagua le pasó por encima al cuerpo de la infortunada dominicana, después que ella cayó al pavimento.

Los testigos se mostraron horrorizados por las condiciones en que quedó el cadáver de la señora Colón, que fue cubierto con una manta blanca por policías, mientras todavía estaba parcialmente debajo de la guagua.

El conductor les dijo a los investigadores que en el primer momento, no se dio cuenta de que había atropellado a la abuela.

Una amiga de la familia, Nelly Franco, dijo que Colón, cuidaba a su marido enfermo y siempre se preocupaba por todo el mundo.

Gladys Colón, de 45 años de edad, hija de la abuela, dijo que Ana, siempre llevaba una estampilla de un santo colgada en su pecho, que fue encontrada en el cadáver.

"Ella era la piedra angular de toda la familia", agregó Gladys.

El chofer, trabaja para la MTA desde 1989 y no quedó en claro si vio a la víctima, cuando estaba cruzando la calle. 

Los residentes en el área dicen que la esquina es muy peligrosa para los transeúntes y que en la intersección, se han producido numerosos accidentes.

"Siento miedo cada vez que cruzo esa esquina. Aguanto la respiración y mantengo un ojo fijo en los autobuses ", dijo La dominicana Rosalinda Collazo, de 49 años de edad y que vive en el área.



"Los autobuses se mueven muy rápido y no se detienen. Y son sólo las guaguas, los carros van rápido también. Lo hacen girando en U, cuando se supone que no deben hacerlo”, dijo Collazo.

Publicar un comentario

0 Comentarios




 La Plaza Duarte en el Alto Manhattan sigue siendo refugio de adictos, indigentes y desaprensivos



 

NUEVA YORK._ La plazoleta Duarte Square situada en el centro de las avenidas Broadway y Saint Nicholas y la calle 170  en el Alto Manhattan sigue siendo refugio de adictos, indigentes y desaprensivos sin que las autoridades ni los oficiales electos dominicanos hagan nada para controlar el espacio que rinde tributo a Juan Pablo Duarte y Diez, fundador de la República Dominicana. (Fotos Miguel Cruz Tejada)