Kirk
Semple y Azam Ahmed (México), Eric
Lipton (Washington) y Ana Graciela
Méndez desde Ciudad de Panamá NY Times
Español
CIUDAD
DE MÉXICO — Los dos hombres se aliaron en una era de incertidumbre política y
económica en Panamá: uno era un reservado inmigrante alemán cuyo padre sirvió
en el ala armada del Partido Nazi; el otro, un amable escritor en ciernes cuya
familia se había opuesto a la dictadura militar de Panamá.www.diarioextrainfo.com
En
1986, mientras el país aún estaba bajo el yugo del General Manuel Noriega,
estos hombres fusionaron sus pequeños despachos de abogados y así crearon lo
que se convertiría en el centro de las operaciones bancarias sigilosas para la
élite, un paraíso fiscal. A lo largo de las siguientes tres décadas, Jürgen
Mossack y Ramón Fonseca expandieron su despacho hasta tener 500 empleados,
compañías filiales en todo el mundo y una cartera de clientes poderosos,
famosos y, a veces, infames
En
enero, un fiscal que investigaba la corrupción generalizada en Brasil dijo que
la firma de abogados era “un enorme lavadero de dinero”.
Los
socios se habían vuelto muy adinerados, y Fonseca utilizó el éxito de la firma
para lograr un papel influyente en los altos rangos de la política. Le dijo a
sus asociados que quería limpiar el gobierno y se convirtió en consejero
especial del Presidente Juan Carlos Varela, hasta que el escándalo de Brasil lo
obligó a renunciar este año.
En
una entrevista, dijo que entrar a la política fue, en parte, una forma de dar
algo a cambio: “Creo en compartir la pizza” escribió. “Por lo menos darle a los
demás un pedazo
La
firma Mossack Fonseca fue construida sobre las garantías de privacidad a prueba
de todo que ofrecía a sus clientes. Pero esta semana, una filtración de
millones de documentos de la firma dejó al descubierto sus operaciones y expuso
la proliferación de empresas fantasmas y paraísos fiscales para las personas
más ricas del mundo. Las revelaciones ya provocaron que el primer ministro de
Islandia se apartara de su cargo, y también han desencadenado investigaciones
criminales por lo menos en dos continentes
La
filtración de documentos también ha significado más escrutinio a los sectores
legales y financieros de Panamá, justo cuando sus líderes intentaban deshacerse
de la reputación del país como un lugar seguro para las fortunas de los
criminales y los corruptos. En febrero, Panamá fue eliminado de una lista de
países bajo vigilancia por parte de una agencia internacional que establece
estándares para combatir el lavado de dinero y la financiación del terrorismo,
pero a nivel internacional aún es considerado por muchos como un paraíso para
los evasores de impuestos.
El
presidente de Panamá ha prometido cooperar con cualquier investigación judicial
que se abra a partir de la información filtrada, lo cual podría incluir una
indagación a su ex consejero, sin duda una situación incómoda.
Mossack
Fonseca ha negado haber cometido cualquier delito, y Fonseca ha defendido la
inocencia de su firma
Al
final de esta tormenta el cielo será azul y la gente sabrá que el único crimen
es hackear”, dijo Fonseca sobre los documentos de la firma en una entrevista de
una hora que ofreció mediante WhatsApp
Pero
algunas personas en Panamá que conocen a Fonseca dicen que los documentos
filtrados no concuerdan con la manera en la que él ha tratado de presentarse a
sí mismo y su papel en el país.
Guevara
Mann, un miembro del mismo partido y exfuncionario del gobierno, dijo que una
vez le preguntó a Fonseca, ya un hombre adinerado y novelista exitoso, por qué
tenía interés en la política. Según recordó Mann, el abogado le respondió que
quería corregir la historia de los derechos humanos en el país.
Cuando
juntas esa conversación con el hecho de que la firma ofrecía sus servicios a
notorios violadores de derechos humanos como Gadafi, Mugabe, Asad y Putin es
verdaderamente repugnante”, comentó Mann.
Entre
los documentos filtrados que obtuvo el Consorcio Internacional de Periodistas,
aparece una cadena de correos entre los socios principales de la firma en la
que se dan cuenta de que habían trabajado durante años con clientes iraníes que
estaban incluidos en una lista de sanciones que publicó el gobierno de Estados
Unidos y Naciones Unidas
Esto
es peligroso!”, escribió Mossack en un correo de septiembre de 2010 que le
envió a Fonseca y a otros miembros de la firma. “Una alerta debió haberse
activado de inmediato”.
Mossack
culpó a los empleados de la oficina en Londres y escribió, “no están haciendo
la auditoría de manera minuciosa, (o quizá no la hacen en lo absoluto)”.
Los
documentos filtrados han agitado los sectores bancarios y legales de Panamá,
los cimientos de la economía del país, y dejaron fríos a los miembros de la
clase empresarial. El colegio de abogados del país ha salido en defensa de la
firma, pues dice que la información filtrada es parte de un ataque contra la
reputación del país.
Les
están provocando un daño terrible a ellos, a todos los abogados y a su país en
general”, dijo José Alberto Álvarez, el presidente de la asociación, en una conferencia
de prensa el lunes.
Hay
mucho en riesgo para Panamá, un país cuya economía depende en gran medida de
las industrias de servicios legales y financieros.
El
crecimiento de Mossack Fonseca coincidió con el surgimiento de Panamá como un
paraíso fiscal. El flujo creciente del capital a través de fronteras durante
los setenta y ochenta creó un mercado para abogados y contadores capaces de
proteger el dinero, y Panamá se preparó para tomar ventaja.
Desde
principios del siglo XX, su papel como centro de intercambio y embarque –el
puente que une al continente y donde convergen el Océano Pacífico y el Mar
Caribe– lo convirtió en un candidato claro para la contabilidad.. Los barcos
internacionales ondeaban la bandera panameña para aprovechar su favorable
estructura fiscal, que, según algunos expertos, fue copiada casi directamente
del estado de Delaware.
Como
siempre ha sido el centro del comercio internacional, encajó perfectamente con
la financiación exterior y la planificación fiscal en el extranjero”, dijo
Victor Fleischer, un profesor de San Diego State University. “No sé si se
justifica o no, pero la gente siempre ha considerado que Panamá es un lugar un
poco turbio”.
La
firma fue audaz y ágil, y logró responder a un panorama legislativo que
evolucionaba. Su reputación floreció.
Pero
otras firmas panameñas de abogados también entraron al ruedo, incluyendo
bufetes más prominentes y más grandes que Mossack Fonseca.
Todas
las firmas panameñas importantes tienen una división como esta”, dijo Roberto
Eismann, el fundador del diario La Prensa en Panamá.
De
hecho, Mossack Fonseca es tan solo una de las innumerables firmas en todo el
mundo que se dedican a una industria mundial que alberga billones de dólares, y
que podría privar a los países de hasta 200 mil millones de dólares en ingresos
fiscales cada año, dicen expertos en impuestos y juristas.
Los
socios fundadores de Mossack Fonseca compraron casas enormes en vecindarios
exclusivos en la capital panameña, así como lujosas casas de fin de semana. Sus
hijos tomaban prestado el avión de la compañía y viajaban con sus amigos a la
playa o a las montañas.
Pero
a pesar de su escalada paralela en los negocios y en la sociedad, Mossack y
Fonseca aparentemente mantuvieron separadas sus vidas personales. Amigos y
socios describen que sus personalidades son completamente distintas.
Mossack
nació en Alemania en 1948 y durante la Segunda Guerra Mundial su padre fue
miembro de las Waffen-SS, de acuerdo a los archivos de inteligencia de la
Armada de Estados Unidos que obtuvo y aportó el Consorcio Internacional de
Periodistas de Investigación. La familia se mudó a Panamá en los sesenta donde,
según los archivos de inteligencia, el padre de Mossack ofreció trabajar como
espía para la CIA.
Mossack
ha mantenido un perfil bajo, pues ha evitado los eventos sociales de la alta
sociedad panameña y ha sido disciplinado en su trabajo. Aunque está más
concentrado en las operaciones diarias, hasta ahora ha rechazado las
declaraciones públicas acerca de los documentos filtrados.
En
cambio, Fonseca ha sido una suerte de hombre de sociedad durante años. Nacido
en Panamá en 1952, estudió en London School of Economics y después trabajó
durante varios años en Naciones Unidas en Ginebra ¾”tratando de salvar el
mundo”, como lo expresó en una entrevista.
Fue
entonces, dijo, cuando comenzó a pensar en escribir una novela. Décadas más
tarde, en los noventa, se volvió famoso como novelista, y ganó el premio
literario más reconocido de Panamá.
Pero
tenía ambiciones aun más grandes: la política. Un día, cuando se quejó con su
padre acerca de lo desgastada que estaba la política panameña, el señor lo
regañó. “Mi padre me dijo: ‘No es justo criticar al torero desde tu asiento’”,
escribió Fonseca en la entrevista. “’¡Métete al ruedo!”.
Para
la década del 2000, estaba bien acomodado en el Partido Panameñista y se volvió
asesor cercano de Varela. Después de que Varela se convirtió en presidente en
2014, Fonseca se unió a su gabinete como consejero.
Dentro
de Mossack Fonseca, ambos socios fundadores se pavoneaban. Exempleados han
dicho que había un equipo de asistentes cuyo trabajo era conseguir cuartos de
hotel, servicios de autos y entretenimiento para los clientes adinerados cuando
llegaban a la ciudad, como recorridos por la ciudad vieja y el Canal de Panamá.
“No
hubo reyes ni príncipes que yo recuerde”, dijo Tarina Rodríguez, y agregó que
trabajó en la firma durante tres años
como “directora de hospitalidad”; le reportaba directamente a Fonseca y
Mossack. Las visitas, dijo, “eran empresarios muy discretos que querían
conservar un perfil bajo”.
También
en entrevistas, varios exempleados describieron una cultura disciplinada y
dijeron que al parecer los socios dirigían un negocio ético. Mossack y Fonseca,
dijeron, insistían en el cumplimiento de las normas y exigían procedimientos
detallados para la mayoría de los asuntos de negocios en la firma.
“Había
tantos procesos que debíamos seguir”, expresó Mileidy Castillo, quien dijo
haber trabajado en la firma de 2011 a 2013. “A veces, con tal de hacer las
cosas correctamente, debías seguir procesos, aunque el proceso fuera más
largo”.
Sin
embargo, los expertos dicen que marcar una lista de tareas no es todo lo que
debe hacerse para cumplir con las normas. En vez de eso, las firmas de abogados
deben estar dispuestas a presionar a sus clientes para que revelen la identidad
verdadera de quienes están involucrados en transacciones en paraísos fiscales y
expongan la fuente de su dinero.
“Muy
a menudo, estas firmas en el extranjero están dispuestas a aceptar a cualquier
cliente y seguir sus instrucciones”, dijo Jack Blumun, exinvestigador del
Senado que ahora se especializa en examinar el lavado de dinero y las evasiones
fiscales.
Durante
las décadas pasadas, se han multiplicado las cuentas en el extranjero y se han
utilizado cada vez más para el lavado dinero, la evasión fiscal o el
financiamiento del terrorismo. Quienes buscan violar la ley a menudo han
disfrutado de la misma discreción que quienes tienen cuentas con propósitos
legítimos.
En
la década del 2000 surgió un movimiento de transparencia internacional,
encabezado por dos grandes agencias internacionales (ubicadas en Francia), pero
Panamá —acostumbrado desde hace tiempo a seguir su propio camino— se quedó
rezagado en cuanto al cumplimiento de la ley.
“En
los últimos 25 años, más o menos, probablemente hubo 15 años en los que casi no
hubo regulación”, dijo Eismann sobre Panamá.
Uno
de los grupos internacionales, Financial Action Task Force, se enfocó en los
países donde el dinero podía lavarse fácilmente o en los que se pueden
financiar actividades terroristas; el otro, la Organización para la Cooperación
y Desarrollo Económicos, se enfocó en los países donde una falta de
transparencia facilitaba que los cuentahabientes evadieran impuestos.
En
2014, la Financial Action Task Force puso a Panamá en su lista de países donde
la transparencia y los sistemas de contabilidad eran muy deficientes, lo que
significó un duro golpe para el país. El Presidente Varela rápidamente obligó a
que se aceptaran leyes para enfrentar el problema y así Panamá fue eliminado de
la lista en febrero.
La
última resistencia
Pero
Panamá ha sido reacio a seguir una iniciativa de transparencia mundial que la
Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos lanzó en 2009.
Mientras que la mayoría de los otros centros financieros internacionales, como
las Islas Vírgenes Británicas, las Islas Caimán y Singapur aceptaron la
iniciativa rápidamente, Panamá se contuvo.
“Panamá
es la instancia más importante que no colabora y sigue permitiendo que los
fondos estén ocultos y las autoridades judiciales o fiscales no puedan
rastrearlos”, dijo José Ángel Gurría, el secretario general del grupo en una
declaración el lunes.
Pero
varios expertos fiscales señalaron que Panamá, con su negativa a cumplir con
los estándares internacionales de transparencia, está en buena compañía:
Estados Unidos.
Los
países extranjeros han tenido problemas al obtener información sobre cuentas
que sus ciudadanos tienen en Estados Unidos también.
“Panamá
no es la verdadera historia”, dijo Matt Gardner, el director ejecutivo del
Institute on Taxation and Economic Policy, un grupo de investigación que radica
en Washington D. C. “Esta filtración de documentos está abriendo una ventana para
ver un mundo mucho más grande, pero debe entenderse como una ventana que ayuda
a observar cómo funcionan las cosas en Estados Unidos también”.
Desde
que la información filtrada salió a la luz el fin de semana pasado, tanto la
firma de abogados como Fonseca han dicho que no son responsables de las
acciones de las empresas fantasmas que ellos crean.
En
la entrevista, Fonseca dijo que la compañía tenía cuidado de vetar a los
clientes y que dejaría de trabajar con quienes tuvieran una “mala reputación”.
Pero insistió en que sus clientes eran abogados, contadores e intermediarios…
no dictadores, por ejemplo.
“Somos
como una fábrica de autos que le vende su auto a un distribuidor (un abogado,
por ejemplo), y él se lo vende a una señora que choca con alguien”, escribió en
un mensaje. “La fábrica no es responsable por lo que se hizo con el auto”.
Fonseca
dijo que su firma intentó determinar “lo mejor que pudieron” al propietario
real de una empresa fantasma.
“La
industria se está volviendo más regulada y seria en cuanto a ser utilizada por
los malos y nosotros damos la bienvenida a ese cambio”, comentó. Y agregó:
“Pero, por favor, recuerden que hace 15 años se desconocía el término
“diligencias previas de auditoría”.
A
lo largo de los años, las cortes y los investigadores gubernamentales
ocasionalmente han logrado penetrar el escudo de discreción de Mossack Fonseca.
En
Brasil, Mossack Fonseca estuvo relacionada con una investigación de corrupción
en torno a sobornos que políticos recibieron de manos de las empresas que
negociaban con la compañía petrolera dirigida por el Estado. Los investigadores
comenzaron a enfocarse en la firma después de encontrar una serie de
apartamentos que estaban a nombre de familiares de un político encarcelado.
La
litigación reciente en Estados Unidos reveló una conexión entre una compañía
fantasma establecida en Nevada y las oficinas centrales de Mossack Fonseca en
Panamá. El descubrimiento llegó después de casi tres años de una batalla legal
por parte del demandante, uno de los fondos especulativos mejor financiados del
mundo dirigido por el multimillonario Paul Singer.
El
fondo especulativo intentaba rastrear dinero que había sido captado del erario
público en Argentina y fue destinado a compañías fantasmas. La razón: el fondo
especulativo era propietario de 1,7 mil millones de dólares de la deuda
argentina que se originó en la crisis financiera del país a principios de la
década de 2000, y Argentina se rehusaba a pagarla.
Pero
la tarea del fondo especulativo no era sencilla. Una compañía fantasma conocida
como MF Nevada alegaba que no tenía relación alguna con Mossack Fonseca.
Incluso
al juez le pareció difícil de creer, y en un momento le preguntó al abogado de
la compañía qué significaban las letras “M. F.” del nombre MF Nevada.
“No
lo sé”, respondió el abogado, lo cual provocó carcajadas en la sala del
juzgado.
Durante
el interrogatorio, la persona enlistada en los documentos constitutivos
reconoció que recibía órdenes de particulares en Mossack Fonseca. El juez
federal en Nevada dictaminó que la empresa fantasma básicamente era un alter
ego de Mossack Fonseca, con lo cual le otorgó al fondo especulativo acceso a
información que normalmente retiene la firma de abogados mediante su fachada en
Panamá.
“Como
abogados tenemos el deber de garantizar la discreción”, dijo Fonseca en la
entrevista.
Y
siente que a su firma se la han robado.
Fonseca
dijo que actualmente está trabajando en una novela acerca de un periodista
investigador que es “honesto y busca la verdad sin intenciones ocultas”, y ya
ha comenzado a escribir el borrador de otro libro.
El
título tentativo: “¿Acaso la privacidad es un derecho humano que se ha
perdido?”.
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