NUEVA YORK._ La fiscal dominicana del condado Passaic en Nueva Jersey, Camelia M. Valdés está siendo demandada por un ex empleado de su oficina, Henry Hernández, un especialista forense en medios digitales que se negó a abrir imágenes implícitamente sexuales de la funcionaria y su esposo que estaban en un CD.
NUEVA
YORK._ La fiscal dominicana del condado Passaic en Nueva Jersey, Camelia M.
Valdez, demanda por su ex empleado Henry Hernández un especialista forense en medios digitales
que se negó abrir fotos sexualmente implícitas de ella y su esposo. (Foto
Fiscalía Condado Passaic / NJ).
Hernández, quien llevaba 21 años y un mes trabajando en la fiscalía del condado Passaic fue contratado en abril de 2001 para que laborara en la Unidad de Investigaciones de Delitos Digitales.
Señaló
que al pedido de la fiscal Valdés, él se negó a abrir los CD porque consideró
que según la explicación de ella, contenían imágenes con poses inapropiadas de
la pareja.
Luego
de su negativa, alega la demanda, la fiscal comenzó a reprimirlo y hacerle el ambiente
laboral imposible al punto de que aunque
Hernández se contagió de COVID-19, ella no dispuso que se le instalara una
división de plástico en su oficina.
El
medio NJ Media Advance dijo ayer que la fiscal Valdés se negó a responderle
preguntas sobre lo alegado por Hernández y la demanda.
La
respuesta de la funcionaria al medio fue la de que ella no discute asuntos en
litigios.
Hernández,
de 50 años de edad que reside en la ciudad de Clifton en Nueva Jersey dice que cuando
abrió el disco en su computadora, vio fotografías de Valdés y su esposo en varias
etapas de desnudez y rehusó bajar las imágenes y procesarlas.
La demanda fue incoada el 18 de abril 2022 en el
Tribunal Superior del Condado Passaic y en parte de los alegatos, Hernández
sostiene que no creía que fuera
apropiado para él ver estos materiales y le devolvió el CD a Valdés diciéndole
que no podía procesarlo.
En
2014, Valdés le entregó a Hernández otro CD con fotos y le dijo que procesara
el disco, según la demanda y le indicó que también había artículos personales
en el incluidas imágenes que eran inapropiadas en un entorno de trabajo.
Pero
Hernández se negó otra vez a procesar las
tomas y afirma que después del segundo incidente,
comenzó a sentirse "congelado" por otros en la oficina.
"Fue
tratado de manera diferente y Valdés y otro personal de su oficina (PCPO)
comenzaron a actuar hacia él de una manera mucho más fría que antes",
afirma la demanda.
El
reclamo de Hernández incluye cinco cargos: represalias, angustia emocional y
violaciones de la ley estatal contra la discriminación.
Hernández
afirma que la represalia empeoró cuando llegó el COVID-19 y que sus
supervisores ignoraron sus problemas médicos, negándose a instalar barreras de
escritorio de plástico en su área de trabajo.
Hernández
y los empleados de su unidad contrajeron COVID-19 en diciembre y las barreras
plásticas fueron instaladas en febrero por lo que el demandante presentó una
queja a su sindicato.
Además
de Valdés y la oficina de la fiscalía de Passaic, la demanda incluye a un
investigador jefe y a varios funcionarios anónimos que trabajan allí.
Hernández
mostró papeles médicos que prueban que sufre de problemas cardíacos y diabetes
y a pesar de eso, no fue protegido contra COVID -19.
La
demanda también afirma que a Hernández
no se le pagó por trabajar los fines de semana durante la pandemia, cuando laboraba
virtualmente desde casa para distribuir una lista de COVID-19 de todas las
pruebas positivas a los municipios del condado Passaic.
La
oficina de la fiscal acordó pagarle a Hernández por su trabajo de fin de
semana, pero luego inexplicablemente le retenía el pago de una hora cada vez
que trabajaba desde su casa durante la pandemia.
Valdés
ha sido la fiscal del condado de Passaic desde el 16 de mayo 2009, cuando fue nombrada por el entonces
gobernador estatal de Nueva Jersey, Jon Corzine y confirmada por los senadores
y asambleístas estatales.
Valdés
se convirtió en la primera fiscal latina y dominicana en Nueva Jersey y el
condado Passaic.
PERFIL
Valdés
es la primera fiscal principal de ascendencia dominicana en los Estados Unidos.
En
octubre de 2011 la revista Hispanic
Business Magazine la nombró como una de las 100 hispanas más influyentes de los
Estados Unidos.
En
diciembre de 2011, el entonces presidente
Leonel Fernández, la distinguió como una de las 100 dominicanas más
influyentes que viven en el exterior.
Su
despacho es responsable de la administración de aproximadamente 185 empleados
de oficina, un presupuesto de de $19.2 millones de dólares y la supervisión de
16 departamentos de policías municipales, policías de las Universidades
Estatales William Paterson y Montclair y el Departamento del Sheriff del
Condado Passaic.
Su
perfil dice que ha dedicado su carrera
profesional al servicio gubernamental.
Se
desempeñó como Fiscal Municipal en la ciudad de Newark, Fiscal General Adjunta
en la Oficina del Fiscal General de Nueva Jersey y como Fiscal Federal Auxiliar
en la en Newark.
Su
experiencia ha abarcado desde la investigación y el enjuiciamiento de infracciones
muni
cipales hasta delitos federales complejos que incluyen la trata de
personas, el fraude de atención médica, los delitos financieros y los delitos
violentos.
Fue
asesora asistente de la gobernadora Christine Todd Whitman y el gobernador interino
Donald T. DiFrancesco, donde manejó todos los aspectos del derecho penal. Dos de
sus logros más notables incluyeron trabajar en los proyectos de ley que crearon
los tribunales de drogas y el Registro de internet para delincuentes sexuales
de Nueva Jersey.
Fue
presidenta de la Asociación de Fiscales de Nueva Jersey y presidió la Asociación de Abogados Hispanos de Nueva
Jersey y como fideicomisaria de la Asociación de Abogados del Estado de Nueva
Jersey.
Es
miembro activa de Alpha Kappa Alpha Sorority, Inc que agrupa un conglomerado de
organizaciones en los Estados Unidos.
Hija
de padres dominicanos nació en El Bronx y se crió en Newark (Nueva Jersey). Estudió
en escuelas públicas de Newark. Se graduó de
licenciada en sociología en la Universidad Seton Hall en 1993, como abogada en la Escuela de leyes de la
Universidad Rutgers / Newark, y en 1996 obtuvo
su licenci9a en defensa de juicios de la Universidad de Temple en mayo de 2001.
Es madre orgullosa de dos niñas
autistas, Isabela y Elsa, por lo que se
esfuerza para crear conciencia sobre el autismo y la educación para niños y
niñas con necesidades especiales.
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