NUEVA YORK._ El destacado actor británico Sean Connery, quien interpretó al legendario James Bond en siete películas, murió este sábado a la edad de 90 años, según informó su familia.
Fue
el primero que llevó el papel del agente 007 a la gran pantalla, apareciendo en
siete filmes de la saga.
Durante
su carrera artística, que duró varias décadas, ganó un Oscar, dos premios Bafta
y tres Globos de Oro.
Connery
también es conocido por sus papeles en películas como The Hunt for Red October
("La caza del Octubre Rojo"), Indiana Jones and the Last Crusade
("Indiana Jones y la última cruzada") y The Rock ("La
Roca").
James
Bond: el villano Rami Malek y una actriz cubana en la nueva película del agente
007
La
crítica cinematográfica lo calificó en varias oportunidades como el mejor actor
que ha interpretado al agente 007 en la franquicia.
Ganó
el Oscar en 1988, cuando fue nombrado mejor actor de reparto por su papel de
experimentado policía en The Untouchables ("Los intocables").
En
el año 2000 fue nombrado caballero por la reina Isabel II en el Palacio de
Holyrood, en Escocia.
Y
en agosto celebró su cumpleaños número 90.
Para
muchos, la actuación de Sean Connery como James Bond fue insuperable. Cortés,
pero de corazón frío, su interpretación del agente 007 fue extremadamente fiel
al Bond de la Guerra Fría que se describe en los libros creados por el
novelista inglés Ian Fleming.
Y
es que saltó a la gran pantalla con "licencia para matar". Se movía
exactamente como una pantera, con mucha hambre y buscando presas.
No
tuvo competencia. Su gran rival, Roger Moore, en contraste, solía arquear una
ceja, sonreír y hacer bromas, según los críticos.
Pero
mientras que el héroe literario creado por Ian Fleming fue a la prestigiosa
escuela Eton, en el sur de Inglaterra, el pasado de Connery no incluía ni autos
veloces y sofisticados, ni mujeres hermosas ni martinis.
Hijo
de un obrero católico y de una empleada doméstica protestante, Thomas Sean
Connery nació en el área de Fountainbridge, en Edimburgo, Escocia, el 25 de
agosto de 1930.
La
familia de su padre había emigrado de Irlanda en el siglo XIX, mientras que los
orígenes de su madre se remontaban a los hablantes de gaélico en la isla de
Skye, en el norte de Escocia.
Fountainbridge
era una zona bastante decadente de Edimburgo. Allí Connery se crió en una
habitación de una vecindad con baño compartido y sin agua caliente.
Dejó
la escuela a los 13 años y trabajó repartiendo leche, puliendo ataúdes y
colocando ladrillos antes de unirse a la Royal Navy, la rama naval de las
Fuerzas Armadas británicas.
Tres
años después, fue invalidado del servicio tras padecer de úlcera péptica.
Para
ese entonces, ya se había hecho tatuajes que dejaban claro sus pasiones:
"Escocia para siempre" y "Mamá y papá".
En
Edimburgo, se ganó la reputación de "hombre duro" cuando seis
pandilleros intentaron robarle el abrigo. Cuando Connery los confrontó, los maleantes
lo siguieron. Pero Connery ganó la pelea como lo haría siempre en su papel como
James Bond.
Sean
Connery se ganaba la vida de cualquier forma que podía.
Conducía
camiones, trabajaba como salvavidas y posaba como modelo en el Edinburgh
College of Art.
Y
pasaba su tiempo libre haciendo fisiculturismo.
El
artista Richard Demarco, que como estudiante pintaba a Connery frecuentemente,
llegó a decir que era "demasiado bello para describirlo con palabras, un
Adonis virtual".
Connery
era un aficionado al fútbol y fue lo suficientemente bueno como para llamar la
atención del entonces entrenador Matt Busby, quien le ofreció un contrato de
cerca de US$30 a la semana en el Manchester United.
Sean
Connery dejó la escuela sin calificaciones y trabajó como lechero, poniendo
ladrillos y puliendo ataúdes.
Pero,
trabajando en un teatro local, el mundo de la actuación ya comenzaba a
seducirlo, por eso decidió que la carrera de futbolista era potencialmente
demasiado corta y optó por perseguir su suerte en el escenario.
Fue,
según diría más tarde, "una de las movidas más inteligentes (que
realizó)".
En
1953, participó en la competencia Mr. Universe en Londres y estando en la
ciudad escuchó que había plazas en el coro de una producción del musical South
Pacific.
Y
para el año siguiente, ya estaba interpretando el papel del teniente Buzz
Adams, que Larry Hagman había hecho famoso en Broadway.
El
actor estadounidense Robert Henderson alentó a Connery a que se educara. Le
prestó obras de Ibsen, Shakespeare y Bernard Shaw, y convenció a Connery de que
tomara lecciones de elocución.
Connery
hizo la primera de muchas apariciones como extra en la película Lilacs in the
Spring ("La reconciliación"), estrenada en 1954. También interpretó
roles menores en la televisión, incluyendo un gánster en un episodio del drama
policial Dixon of Dock Green, de la BBC.
Fue
elogiado por su papel en el drama de la BBC Blood Money.
Y
luego vino Bond. Los productores Cubby Broccoli y Harry Saltzman habían adquirido
los derechos para filmar las novelas de Ian Fleming y estaban buscando un actor
para interpretar al agente 007.
Se
consideró a actores como Richard Burton, Cary Grant y Rex Harrison, e incluso
al expresentador de la BBC Peter Snow.
Fue
la esposa del productor Cubby Broccoli, Dana, quien convenció a su esposo de
que Connery tenía el magnetismo y la química sexual para el papel.
Una
opinión que inicialmente no fue compartida por el creador del personaje, Ian
Fleming. "Estoy buscando al agente Bond, no a un doble", insistió.
Pero
Broccoli tenía razón y Fleming estaba equivocado.
El
novelista inglés rápidamente cambió de opinión cuando lo vio en la pantalla.
Incluso escribió una historia medio escocesa para el personaje en algunas de
sus obras posteriores.
El
director Terence Young tomó a Connery bajo su tutela y lo llevaba a restaurantes
lujosos y casinos; enseñándole a comportarse como James Bond lo haría, todo con
el fin de que ese escocés ligeramente torpe lograra hacerse pasar por un agente
secreto afable y sofisticado.
Pero
Connery hizo suyo el personaje, mezclando crueldad con ingenio.
A
muchos críticos no les gustó el personaje y algunas de sus reseñas fueron
crueles. Pero el público no estuvo de acuerdo.
Dr. No (1962)
From Russia with Love ("Desde Rusia con
amor") (1963)
Goldfinger
(1964)
Thunderball
("Operación Trueno") (1965)
You
Only Live Twice ("Sólo se vive dos veces") (1967)
Diamonds
Are Forever ("Los diamantes son para siempre") (1971)
Never
Say Never Again ("Nunca digas nunca jamás") (1983)
Las
escenas de acción y sexo, mezcladas con lugares exóticos fueron una fórmula
ganadora.
La
primera película, Dr. No, reunió una gran cantidad de dinero en taquilla.
Incluso en el extranjero logró un gran éxito. El presidente Kennedy solicitó
una proyección privada en la Casa Blanca.
Le
siguieron rápidamente otros éxitos como From Russia with Love ("Desde
Rusia con Amor") en 1963, Goldfinger en 1964, Thunderball ("Operación
Trueno") en 1965 y You Only Live Twice ("Sólo se vive dos
veces") en 1967.
Fue
un trabajo agotador y a veces, peligroso.
En
un momento, lo arrojaron a una piscina llena de tiburones con sólo una pantalla
de polimetilmetacrilato que lo protegía. Cuando una de las criaturas logró
atravesarla, Connery hizo la más rápida de las retiradas.
Cuando
completó You Only Live Twice, Connery ya estaba cansado de los papeles de Bond
y temía que lo encasillaran.
Rechazó
actuar en On Her Majesty's Secret Service ("Al servicio secreto de su
Majestad") y el actor australiano George Lazenby obtuvo el rol, pero
recibió tantas críticas, la mayoría no tan positivas, que no quiso participar
en otro film. La carrera de Lazenby jamás tendría otro momento estelar como el
que le ofreció la franquicia James Bond.
Finalmente,
Saltzman y Broccoli lograron convencer a Connery de que regresara como el
agente 007 en Diamonds Are Forever en el año 1971, cediendo a la demanda del
actor de que le pagaran la cifra récord de US$1,25 millones.
Películas
como "El nombre de la rosa" lo ayudaron a escapar del fantasma de
James Bond.
Connery
utilizó ese dinero para establecer el Scottish International Education Trust,
que apoya las carreras de artistas emergentes de su natal Escocia.
La
película recibió críticas mixtas y algunos se quejaron de que utilizaba
demasiado el humor camp, una corriente que su sucesor, Roger Moore, continuaría
y desarrollaría.
Habiendo
perdido mucho dinero en un acuerdo de tierras en España, Connery aceptó una muy
buena oferta para volver a interpretar a Bond, en Never Say Never Again.
Esta
vez el agente 007 era un héroe envejecido; mayor, más sabio y autocrítico, pero
tan duro como una piedra.
El
título fue sugerido por la esposa de Connery, quien recordó que su marido había
jurado "nunca volver a interpretar a Bond".
Continuó
aceptando otros papeles y ganó un Bafta por su interpretación de Guillermo de
Baskerville en The Name of the Rose ("El nombre de la rosa").
Un
año después, su actuación como un policía irlandés cansado del mundo en
"Los intocables" le valió un Oscar como mejor actor de reparto.
Siempre
odió el estilo de vida de Hollywood: prefería jugar al golf en sus casas en
España, Portugal y en el Caribe con su segunda esposa, Micheline Roqubrune, una
artista que había conocido en Marruecos.
Connery
siempre se mantuvo fiel a sus raíces escocesas a pesar de vivir en el
extranjero.
Su
matrimonio anterior, con la actriz australiana Diane Cilento, había terminado
en 1975 en medio de acusaciones de que había sido violento con ella. Tuvieron
un hijo, el actor Jason Connery.
A
pesar de su exilio, siempre mantuvo una intensa pasión por su natal Escocia.
Atribuía
sus "cambios de humor" a sus genes celtas. "Mi opinión es que
para llegar a cualquier parte de la vida hay que ser antisocial", dijo una
vez, "de lo contrario, terminarás siendo devorado".
Afortunadamente,
ya ha pasado cierto tiempo desde que el agente 007 favorito de la crítica le
dio una nalgada a una mujer. Pero la actuación de Connery trascendió, fue
disfrutada por millones de personas de ambos sexos y le dio a la gran pantalla
un ícono del siglo XX.
Deja
tras de sí un cuerpo luchador del que cualquier actor estaría orgulloso, pero
también deja una vacante para el título de "mejor escocés vivo". (Reportaje
de BBC Mundo)
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