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RESUMEN



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Afirma que hay 48.000 estudiantes en peligro de no poder inscribirse en liceos y universidades
El NY Times dice niños descendientes de haitianos viven en limbo de identidad en la RD



Miguel Cruz Tejada



NUEVA YORK._ El periódico NY Times dijo en su edición de este miércoles 29 de octubre que miles de niños y niñas descendientes de haitianos, están viviendo en un “limbo de identidad” en la República Dominicana, por efectos de la sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional (TC) y la ley 169/14, la segunda que modificó las leyes migratorias del país.
NUEVA YORK._ Yvroze Alphonse, de 33 años, con sus hijos en Batey Naranjo, una comunidad pobre de trabajadores de caña de descendencia Haitiana, entró ilegalmente a la República Dominicana pero  registró su nombre, y a sus hijos, en el programa de naturalización del gobierno.  (Meridith Kohut para The New York Times).
El influyente medio local cita varios casos, entre ellos el del barbero Rubén Chery de 33 años de edad, quien recordó que fue excluido de la oportunidad de estudiar por carecer de documentos, después que a sus padres, que llegaron a cortar caña, se les dijo que podían vivir en cualquier lugar de la República Dominicana, sin necesidad de identificación.
El reportaje cita a Chery rememorando la emoción de despertarse y de ir a la escuela. “Pero más que nada, como una fuerte bofetada, recuerda el amargo momento en que su profesor de séptimo año le dijo que no podría continuar sus estudios, que nunca podría pasar a la secundaria”, agrega el reporte.
“No tenía ningún documento de identidad; y así no podría terminar mis estudios de secundaria”, le dijo Chery al NY Times. “Estoy atrapado en séptimo curso para siempre.”
El periódico recuerda que por mucho tiempo, para asistir a secundaria en República Dominicana era necesario tener un comprobante de ciudadanía, un obstáculo que decenas de miles de personas de ascendencia haitiana, e incluso muchos que nacieron en ese país, como Chery, han enfrentado toda su vida, y que han heredado a sus hijos.
“Obtener ese comprobante puede ser casi imposible, legado de una burocracia que, según los estudiosos, siempre ha tratado de impedir que los hijos de haitianos echen raíces en el país”, cita el artículo.
Revela que “desde sus primeras generaciones, los inmigrantes haitianos han tenido problemas para obtener el acta de nacimiento de sus hijos nacidos en este país. Entonces, cuando esos niños nacidos en República Dominicana alcanzan la edad de tener su propia familia, tampoco cuentan con documentación que acredite su nacionalidad.
“Esto perpetúa el ciclo de población de segunda clase, o de clase baja, en el país”, le explicó al periódico Shaw Drake, autor del libro “Left Behind: How Statelessness in the Dominican Republic Limits Children’s Access to Education”.
Drake sostiene que hasta 2012 había 48.000 estudiantes en peligro de no poder asistir a secundaria por falta de la identificación en República Dominicana.
Dice que el Ministerio de Educación (MINERD) afirma que a partir de 2013 envió un memorando a todos los directores regionales y distritales de educación, así como a los directores de centros educativos, ordenándoles que debían permitir la inscripción de todos los estudiantes de primaria y secundaria, sin importar si tienen o no documentos de identidad.
“Ahora podemos asignarles un número a los estudiantes”, le dijo el viceministro de educación   Víctor Sánchez, al Times. “Con ese número, tenemos un sistema y podemos rastrear a los estudiantes, lo que les permite avanzar en sus estudios.”
Pero Wade McMullen, quien ha estudiado estas cuestiones como abogado del Centro de Derechos Humanos de la Fundación Robert F. Kennedy y representa directamente a los haitianos afectados por las políticas de desnacionalización, no cree que el problema pueda resolverse con un simple memorando.
“Lo que sucede es que muchas veces el gobierno emite un memorando, pero no le da seguimiento para ver si se puso o no en práctica”, añadió McMullen.
 “Un memorando es un excelente comienzo, pero no es suficiente. Es necesario aplicar ese memorando para contrarrestar la discriminación sistemática tan arraigada en República Dominicana contra los haitianos y sus descendientes”, añade el abogado.
Rubencia, la hija de Chery, ahora está en segundo de primaria.
“Llegué a un acuerdo con el profesor”, señala Chery, que le pidió al docente que la dejara entrar en primer año pese a que la niña tiene nueve años. “Ella empezó un poco tarde.”
Bajo la nueva política, se supone que Chery dice que su hija Rubencia podrá asistir a la secundaria, pero no entrar universidad, pues esas instituciones aún requieren documentos de identidad para la inscripción. “Ella estará limitada”, afirmó el barbero haitiano.
Chery todavía quiere estudiar y tener una profesión, porque además de la necesidad de un ingreso fijo, él se siente “inferior e  inválido. No siento que soy la persona que quiero ser.”
El plazo para las registraciones de extranjeros venció en junio y, según el gobierno, 40.000 haitianos decidieron salir voluntariamente del país para no enfrentar una deportación súbita y perder todas sus pertenencias.
El gobierno dijo que ya había empezado a deportar a los indocumentados que se quedaron y no se registraron. Hasta ahora han sido expulsadas unas 4.650 personas, según el gobierno.
Por lo pronto, la preocupación básica de Chery no es la posibilidad de ser deportado. Su mayor interés es que su hija pueda continuar sus estudios.
“Quiero que ella tenga una carrera”, aseveró.


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 La Plaza Duarte en el Alto Manhattan sigue siendo refugio de adictos, indigentes y desaprensivos



 

NUEVA YORK._ La plazoleta Duarte Square situada en el centro de las avenidas Broadway y Saint Nicholas y la calle 170  en el Alto Manhattan sigue siendo refugio de adictos, indigentes y desaprensivos sin que las autoridades ni los oficiales electos dominicanos hagan nada para controlar el espacio que rinde tributo a Juan Pablo Duarte y Diez, fundador de la República Dominicana. (Fotos Miguel Cruz Tejada)